Por qué es importante poner atención a la alimentación de los ancianos

La malnutrición puede llegar a implicar desarrollar ciertas enfermedades. Y las enfermedades constituyen un elemento peligroso para la malnutrición. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Esto puede afectar a cualquier persona. Sin embargo, las personas mayores que son dependientes son el colectivo más vulnerable y con mayores probabilidades de sufrir malnutrición.
Una mala nutrición implica pérdida de fuerza muscular, lo que puede provocar caídas con fracturas. Además, afecta al avance del deterioro funcional y cognitivo y potencia la adquisición de enfermedades infecciosas.
Toma en cuenta estos consejos:
- Realizar cinco comidas al día (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena).
- Distribuir los horarios de las comidas a lo largo del día para que no se solapen unas con otras.
- Procurar que los alimentos tengan un aspecto atractivo, una textura agradable y se puedan comer con facilidad.
- Evitar las dietas restrictivas para los mayores de 70 años, salvo prescripción y seguimiento médico.
- Servir una dieta equilibrada y variada que contenga cereales, frutas, verduras y legumbres.
- Apostar por los alimentos preparados a la plancha en vez de fritos, asados y con salsas.
- Consumir más pescado que carne y tomar 3 o 4 raciones de lácteos diarias.
- Limitar los dulces y los embutidos y controlar las grasas, la sal y los azúcares.
- Beber mucha agua e insistir en ello, porque los mayores ven disminuida la percepción de la sed.
- Vigilar el peso de forma periódica, ya que puede ser un signo de alarma asociado a la desnutrición.